4/11/11

Atom de Cedric Price _ Arquitectura en la memoria

Nuevamente, sobre  aprendizaje, energía y caducidad, nos habla Cedric Price en este proyecto de 1968. C.P  indaga en la necesidad de transformar la educación empezando desde la misma palabra educación; palabra que a Price no le gustaba y prefería referirse a aprendizaje ya que el protagonista es el que aprende.
Después de años reflexionando acerca de la enseñanza; sobre todo durante los años en los que visitó otras universidades como profesor invitado; en los que estableció contacto con personalidades tan influyentes como Robert Venturi y Tim Vreeland; Cedric Price elaboró su propio ideario en cuanto al aprendizaje. Con la publicación en mayo del 68 en la revista Architectural Design del artículo “lerning” Cedric Price sintetizó su visión sobre el aprendizaje.  En la que se desligaba de la educación, entendida como camino con el que obtener un producto final; criticando duramente el sistema educativo establecido. C.P comentaba  que la educación no debía de ser para un determinado grupo de edades; decantándose por un aprendizaje que estuviese presente a lo largo de toda la vida de las personas e inmerso en todos los ámbitos.  Percibía la estructura de aprendizaje como un servicio social que se injertase en la sociedad de formar efectiva.
Cedric Price concibió este proyecto como una serie de protocolos que activasen el aprendizaje en todos los sectores de la sociedad. Para ello se apoya en su paisaje fetiche que no era otro que el entorno industrial.
Creó un glosario, el cual incorporar como medios para el aprendizaje. TB, IESC, CESC, AL, RTS, HSS, ITT, OAS, LC. Actuarían como activadores del aprendizaje entrelazando conceptos como Industria, producción y enseñanza; Comercio y enseñanza; Transporte, información y tecnología; aprendizaje, individual y intercambiador. Todo ello provisto de una caducidad programada con la que Cedric Price solía impregnar todos sus ideas. Anunciadores de la actividad industrial, módulos de aprendizaje, cajas e intercambiadores habitacionales o vías de comunicación se irían entretejiendo por el territorio. Los dispositivos mencionados estarían conectados a una instalación central que haría las veces de cerebro. Elementos visibilizadotes de realidad, pero paradójicamente también herramientas no visibles, relacionadas con la comunicación, la información y la enseñanza; se superpondrían a las realidades más cotidianas, transformando su visibilidad y por ende el aprendizaje que llevan implícito.
Apreciamos, con todo esto, las que para C.P eran las tres materias primas de la construcción de la sociedad: información, energía y cambio.
Con este proyecto Price se aleja una vez más de la visión utópica de una ciudad poblada por una suerte de megaestructura masiva; decantándose por algo más próximo a una en una red invisible, más fácilmente manejable por las personas. Redefiniendo y accionando de esta manera, y sin los grandes gestos que guían la arquitectura moderna, los asuntos mas cotidianos de la vida.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante texto, quizás algo corto, acerca del pensamiento de Cedrid Price. Resulta triste el olvido que han sufrido los estudios de numerosos arquitectos debido a su definición (muchas veces no buscada) de "utópicos".

Lo atractivo de la obra del señor Price, al menos para mí, radica en su "no-alejamiento" de la realidad de su época, de ese imaginario construible que generó durante su vida y que, por desgracia, buena parte se quedó sobre el papel (a excepción del Centro Inter-Action o sus colaboraciones con Buckminster Fuller).

Espero que se recupere próximamente la figura del pensador o, al menos, la figura del crítico (real). Especialmente ahora que se aceptan determinados cánones o estipulaciones como válidas, recordando en muchas ocasiones a lo que ya ocurrió en épocas pasadas con los movimientos clásicos, sin atender a factores intrínsecos a nuestra época y sociedad.

Muchas gracias por vuestro tiempo y dedicación al blog. Un saludo.

Alejandro