11/6/10

Centro Dipoli de Reima y Raili Pietilä



Comenzadas ya las obras de la Opera de Sydney o la Filarmónica de Berlín; concluida la Iglesia Crosses Vuoksenniska de Aalto, el  Monasterio La Tourette y la Asamblea de Chandigarh de Le Corbusier; y germinando la semilla de Archigram en Londres; se convocó el concurso para la construcción del centro del Sindicato de Estudiantes en el Campus universitario  de Otaniemi de Espoo (Finlandia). En este  concursó del año 1961, en el que Alvar Aalto formaba parte del jurado,  resultaron ganadores Reima y Raili Pietilä  con este radical proyecto que posteriormente se llamaría Dipoli. El lugar: una colina boscosa repleta de hermosos árboles y un suelo rocoso; un entorno natural en el que los Pietilä se inspiraron para realizar su propuesta. La construcción comenzó en enero de 1965 y duró 20 meses. El programa constaba principalmente de un auditorio y un gran comedor, además de servicios generales para el alumnado.
El edificio refleja el entorno circundante convirtiendo en propias las formas del lugar. Se trata de una arquitectura fenomenológica en la que se hacen patentes las condiciones climáticas para ponerlas en énfasis, haciendo que Dipoli muestre diferentes atmósferas dependiendo de la iluminación, la lluvia, la nieve etc. evocando diferentes sensaciones en las personas; como una microgeografía sensible a los cambios estacionales.

Basado principalmente en la relación edificio entorno, el edificio esta constituido por una materialidad extraída del lugar, con elementos como la madera de pino finlandés, el cobre o las piedras extraídas del mismo lugar. El zócalo de hormigón se reviste con piedras del lugar como estrategia para asentar el edificio, como si creciese de las entrañas de la tierra. Nacido como una reivindicación en favor de una arquitectura diferente, sin el dictado de las reglas de composición preconcebidas y aceptadas como buenas; Dipoli es considerado por sus autores como un boceto materializado. El uso de divisiones móviles en el interior también influye en las relaciones entre los distintos espacios y añade plasticidad a la estructura.
En dipoli se trabaja con el entorno como vínculo entre el medio natural y el hombre, difuminando los límites, y creando así una obra que queda exenta de cualquier tipo de estilo,  que contamine esta forma de arquitectura e intentando diseñar el edificio con el mínimo de jerarquías opresivas. A Reima Pietila le gustaba la idea de reproducir la forma que tiene la naturaleza de hacer arquitectura.

Fue una obra fuertemente criticada por los defensores de la arquitectura más ortodoxa de aquellos años sobre todo dentro de la arquitectura nórdica, pero pronto se alzaron voces de arquitectos extranjeros, a favor, como la del alemán Udo Kultermann  que la considera como la obra maestra de la arquitectura finlandesa. En ocasiones denostados, estos arquitectos, coetáneos de Saenz de Oiza, Fernando Távora , Peter Smithson, James Stirling, Aldo Rossi y Jørn Utzon, abrieron el  camino hacia una arquitectura que continuó a lo largo del siglo XX hasta el día de hoy y que rompía con la ortodoxia más radical y racionalista de los arquitectos modernos.