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19/11/10
proyecto urbano de Erskine para zonas árticas _ arquitectura en la memoria
Comparando su Inglaterra nata y su experiencia viviendo los fríos inviernos en Suecia -primero en la pequeña the box y posteriormente junto a la Verona amarrada Rago y Drottningholm- Erskine, tomó conciencia de la importancia del diseño arquitectónico en climas gélidos. Paralelamente, a esta experiencia vital de Erskine, se iba generando en la década de los 50 del siglo pasado, el germen de lo que sería el Team 10. Para 1959, cuando se celebró ,en Otterlo ( Holanda) la reunión del CIAM, Erskine ya había experimentado con el modo de vida en Suecia, con viviendas colectivas, urbanizaciones o equipamientos comunitarios. Uno de los puntos calientes de este encuentro del Team 10, fue la observación y estudios que se hicieron de arquitecturas vernáculas. Un interés en eclosión, que años después, en 1964, tendría su punto cumbre con la exposición ‘Architecture without Architects’, que Bernard Rudofsky presentó en el MOMA. Lo realmente meritorio de este “mirar hacia atrás” para dar un salto adelante, fue que ya no se miraba otras arquitecturas como un ejercicio plástico o formar , sino que se buscaba que fuese una herramienta, que guiase hacia una arquitectura anclada al lugar; como estrategia para optimizar, recursos, favorecer la aceptación de la nueva arquitectura etc.
Así pues, entre la documentación de hábitats en África que hicieron Josic, Candilis y Woods; se presentó Ralph Erskine haciendo gala de una envidiable facilidad para el dibujo, para divulgar entre sus colegas, los estudios hechos, por él mismo, con esquimales y lapones de las zonas árticas; además de sus experiencia en los experimentos de participación ciudadana, que pudo realizar en los proyectos urbanos que ya había realizado antes; con la finalidad de aplicarlos a la ciudad moderna. Estudios de participación, como los que hizo en la ampliación de Gästrike-Hammarby en Suecia, donde se reunía periódicamente con los habitantes, mostrándoles dibujos y maquetas; o en Resolute Bay, un nuevo asentamiento en el Ártico canadiense, donde escogió el emplazamiento de acuerdo con los futuros usuarios y esquimales y discutió el diseño con ellos mostrándoles maquetas.
De este modo, Erskine aplicó las lecciones aprendidas sobre la arquitectura vernácula en climas gélidos, y propuso una solución urbana para regiones árticas.
Lo más característico de esta fue por una parte su colocación en el lugar y el edificio-muro que disponía a uno de los lados. En cuanto a su disposición en ladera, Erskine proponía colocar la pieza urbana en la parte de los montes orientada hacia el sur y que tuviese altura respecto a las montañas opuesta para que estas no le quitasen luz solar. En cuanto al edifico muro, se trataba de una barrera dispuesta en los límites oeste, este y norte, con el fin de minimizar las perdidas de calor por en esas orientaciones más frías. Este edificio longitudinal que envolvía el resto de edificaciones, era el más alto y se caracterizaba por sus pocos huecos en las caras de afuera abriendo sus vistas hacia adentro y hacia la orientación sur. En el recinto soleado que quedaba entre el edificio barrera y el límite más bajo se disponían viviendas bajas y edificios comunitarios.
En definitiva, Erskine creó toda una gramática arquitectónica, para ser utilizada en estas latitudes altas que resumimos a continuación:
El frío. El frío exige se me minimice la envolvente, bajo una envolvente común deben reunirse diversas funciones, para economizar calor, y dar cabida a diferentes tareas comunitarias.
La nieve. La acumulación de la nieve exige unas superficies más aerodinámicas y una comprensión de la estética de la nieve.
Terrenos helados. En estas regiones de inestabilidad termal del suelo conviene los edificios por encima del nivel del terreno.
La luz. Prestar atención a la inclinación del sol según la época de año. Aprovechando los reflejos en la nieve y en edificios para maximizar la escasa luz invernal y regulando la luz de verano. Atención al sol nocturno de verano.
Viento. Minimizar el movimiento del aire frío durante el invierno. Utilizarlo para favorecer la eliminación de nieve.
Calor solar. Utilizarlo de aprovechamiento energético.
Microclima. En cuanto al microclima, citamos las palabras del autor: “ En lugar de ciudades de ciencia ficción bajo una cúpula, deberían crearse formas constructivas mas sutiles, con caminos exteriores protegidos y abiertos al cielo, el sol y la caída de la nieve, combinados con un sistema de calles cubiertas, calefaccionadas, iluminadas por luz natural durante el mal tiempo, con un tercer sistema de circulación de rutas automovilísticas cubiertas[…] además de los edificios muro ya mencionados, pueden plantarse cinturones de árboles y arbustos como protección contra el viento y la nieve”
Aislamiento. Aquí, Erskine hablaba de la necesidad e importancia de una vida comunitaria, viendo necesaria la agrupación de viviendas y la disposición de equipamientos culturales y sociales.
Por esto último, Erskine siempre concedió igual importancia a la vida urbana generada por los usuarios; para ello se fijó en estructuras informales de las pequeñas poblaciones , plazas del mercado, espacios intermedios , la continuidad de los enlaces peatonales, el recinto o el paseo.
Erskine siempre mostró un interés por lo vernáculo, la importancia de lo social y la ecología; aspectos muy buscados en la actualidad. Señas de identidad del Team 10. Insistió en el interés por aprovechar los recursos de cada lugar, iniciado de esta manera una tradición de arquitectura comprometida. Sin embargo, al disponer los edificios teniendo en cuenta la trayectoria solar, la temperatura o el aire, Erskine no creía estar haciendo arquitectura bioclimática; sino avanzando en la lógica expresada por algunas de las claves de la Carta de Atenas y siendo fiel a los principios del Movimiento Moderno, que enfocaban a la función social como una de las responsabilidades del arquitecto.
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15/4/10
Ralph Erskine y su cabaña
Tan solo contaba con 30 años, cuando un joven arquitecto ingles, Ralph Erskine se trasladó a vivir a la ladera de Lissma, cerca de Djupdalen (Suecia) . Llegó el invierno de 1941 con su mujer y su dos hijas recién nacidas; y en una parcela cedida por un granjero ( que también le prestó su caballo y trineo para el transporte) comenzó a construir su casa; con sus propias manos y con la ayuda de Aage Rosenvold, un danés que estaba realizando un curso de ladrillo y desde entonces se convirtió en su socio. Cogiendo piedras del lugar, ladrillos de un antiguo horno y demás materiales de desecho, como un antiguo somier de cama, a modo de armadura del hormigón; Erskine y Rosenvold empezaron a construir esta cabaña, que se conoció con el apodo de “The box”.

Con unas modestas dimensiones de 6 x 3,6 x 2 m de altura y una única habitación, funcionó como vivienda habitual de la familia hasta 1946. El espacio interior se dividía mediante una chimenea, en cocina y el estar, que también hacia las veces de dormitorio y sala de trabajo. La cama (también utilizada como sofá) se levantaba mediante unas poleas hasta el techo, con el fin de despejar la estancia durante el día. El escritorio de trabajo, podía abatirse del armario que estaba en la pared norte, que hacia las veces de aislante. En el exterior de esta pared se apilaban en invierno troncos de madera con el fin de mejorar el aislamiento en esta orientación más fría. No había cuartos de baño ni agua corriente; el agua la llevaban del pozo hasta la casa.
El volumen es una especie de voladizo sobre un basamento de piedra. Cegada con un muro norte, fuertemente aislado; la vivienda se abre en la orientación sur mediante unas ventanas de vidrio doble, donde se disponían plantas y demás objetos, proporcionando un bonito mirador en lo alto de la ladera; como bien expresan los dibujos a pluma de Erskine.
La casa estaba enclavada en una zona boscosa donde eran habituales las nieves, la tienda más cercana estaba tres kilómetros distancia que Erskine y su mujer solían recorrer esquiando o en trineo.
Ralph Erskine aunó modernidad y los sistemas tecnológicos que ofrecía la época, con la visión de otras arquitecturas vernáculas, donde se encuentran respuestas directas a los condicionantes climáticos de cada lugar. Podemos estar pues, ante uno de los primeros arquitectos que mejor empezó a entender los recursos que le ofrecía el lugar, con la finalidad de emplearlos eficazmente en su arquitectura; como puede verse en sus estudios expuestos en el CIAM 1959.
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